(Opinión personal)
Como sabemos, dentro del ámbito de la función pública, podemos encontrar tanto a funcionarios (de carrera, interinos, etc.), así como personal laboral (ya sea fijo, temporal, eventual), aunque cada uno de éstos posea sus propias características respecto a la forma de acceso a ese puesto, como la temporalidad o permanencia en el mismo, se trata de puestos de trabajo que están destinados a servir a la función pública.
Vamos a referirnos a la Administración
Local, la más próxima al ciudadano, que se está viendo afectada por distintos
factores, que de una u otra forma repercuten en la gestión del personal de la misma. En relación con ello, las
Relaciones de Puestos de Trabajo (RPT), constituyen un factor estratégico dentro de la Administración Local y en la actualidad, sería necesario una modificación de las mismas para adaptarlas al nuevo marco socioeconómico.
Quizás el motivo central para
modificar las RPT esté en la “reestructuración del personal”, con base en la
disminución o aumento de trabajo de algunas áreas como pueden ser:
- Descenso en Área de Gestión Tributaria y Urbanismo: debido a la disminución en la construcción y compra-venta (por lo que disminuye las liquidaciones en diversos impuestos locales, como por ej.: el Impuesto de Construcciones y Plusvalía)
- Aumento en Área de Gestión Social y Atención Ciudadana: un claro ejemplo de ello, es la gran demanda de personas que solicitan ayudas “a su Ayuntamiento” por la falta de recursos de los que disponen, como pueden ser: ayudas sociales, realización de cursos de formación gratuitos, ayudas para comedores sociales, guarderías, contratos de trabajo, entre otros.
Podemos apreciar que la Administración
Local ha sufrido importantes cambios desde sus orígenes, porque no puede anclarse en el pasado si quiere
cumplir de forma eficaz sus objetivos, ya que la Administración Local es por antonomasia la más cercana al ciudadano y
en muchas ocasiones se ve “desbordada”.
Las Relaciones de Puestos de
Trabajo de las que hemos hablando anteriormente, llevan a cabo un análisis
global de la organización, que incluye aspectos como: análisis funcional (algo
que existe solo en las AAPP); análisis de los puestos de trabajo, análisis de
los individuos de los puestos, cálculo de derivas y cobertura presupuestaria,
entre otras.
Estas son las funciones que “en
teoría” se persiguen con esta técnica/instrumento técnico, pero ¿realmente se
llevan a la práctica en la Administración Local?
Se llevarían a cabo, siempre y
cuando tengan en cuenta que el sistema ha ido evolucionando con el tiempo, así
como que la situación actual de crisis en la que nos encontramos no es la misma
que hace algunos años atrás. Por ello, tomar medidas para “reajustar” al
personal y realizar una ordenación del mismo de acuerdo con las necesidades del
servicio, definiendo con precisión los requisitos para el desempeño de cada
puesto de trabajo, es una tarea esencial.
Sin embargo, en muchas ocasiones
estos criterios no se tienen en cuenta y
se actúa al margen de la objetividad e incluso con cierto secretismo y poca
transparencia.
Realizado por: Irene Tarifa Galisteo.
Comentario realizado por: Ramón Sánchez Rendón.
ResponderEliminarEs muy acertada tu reflexión al respecto. Sí, es necesaria la remodelación de las plantillas en la Administración Local (las famosas RPTs), a causa de los cambios acaecidos en nuestro país, cambios económicos y sociales.
Pero quizás podríamos ir más allá. No nos podemos conformar con cambios estructurales provocados por el desarrollo o devenir de la economía, de la sociedad, de la política, en términos globales. Es decir, no basta con esperar al momento en que las circunstancias no dejen margen para actuar.
Si bien es verdad que dichos cambios son necesarios, no es menos necesario que la Administración Local y todas las Administraciones Públicas, vayan adaptándose a las necesidades del día a día. Para entenderlo basta con echar un vistazo a las oficinas o dependencias de las Administraciones. Vemos constantemente como hay despachos donde se encuentran numerosos funcionarios un tanto “ociosos” por la falta de trabajo. Mientras otras dependencias de esa misma Administración u Órgano no son capaces de abordar todo el trabajo por ser grande el volumen del mismo.
Bastaría entonces con reasignar los efectivos, es decir, trasladar (temporalmente) a los funcionarios “ociosos” a aquellos departamentos con un volumen excesivo en la temporada que fuera necesaria. Y olvidar un poco la “inamovilidad”, porque la inamovilidad no significa que un funcionario no pueda realizar otro tipo de actividad que no sea la que estrictamente le asignaron cuando ingreso. Ese es otro tema muy distinto.