Reflexión personal: Carlos Parrado Fernández
En mi reflexión personal voy a tratar el tema de si realmente
existe motivación en las administraciones públicas. Pienso
que la falta de premios, objetivos y castigos merma la productividad del sector
público, es más, me atrevería a decir que la causa principal de la pervivencia
de la ausencia de una verdadera carrera profesional objetiva, se localiza
sobre todo en la cúpula, pues debido a la politización no hay un cuerpo
directivo profesionalizado capacitado para aplicar un sistema de incentivos
positivos, de dinero y ascensos, y negativos, a través de las sanciones, de
manera que aumente la productividad.
Si la motivación en el trabajo, en una Administración Pública, consistiese
únicamente en el tema económica, está claro que hoy en día con la crisis
económica que estamos padeciendo (ni en el ámbito privado ni el ámbito público)
se conseguiría motivar a los trabajadores, más bien todo lo contrario porque en
todos los trabajos se están produciendo recortes de sueldos, días, derechos de
los trabajadores, etc....
Sin
embargo, la motivación laboral implica otras muchas cosas, como es
fundamentalmente la valoración y el reconocimiento del trabajo desarrollado diariamente,
porque está claro que no todos los trabajadores (por su capacidad o
bien por su dejadez) no desempeñan su trabajo de la misma manera (ni
cualitativa ni cuantitativamente).
Pero además
también es una motivación para el trabajador el hecho de pedir opinión a
los trabajadores sobre cómo desarrollar un proyecto o una actividad.
Pues
si todo ello lo trasladamos al ámbito de la Administración Pública, diría que existe
muy poca motivación en este sentido dentro de la Administración, no sólo
económicamente sino también en el tema del reconocimiento del trabajo.
En
cuanto a pedir tu opinión para aplicar tus ideas al desarrollo del trabajo, creo que esto
si suele ocurrir con más frecuencia por lo que se consigue una mayor productividad
y mayor eficiencia en el resultado final.
Efectivamente, coincido plenamente con la opinión del autor en cuanto a la escasa motivación que tienen los trabajadores de la función pública a nivel de funcionario medio, no a nivel de directivos o altos cargos.
ResponderEliminarNo solamente hay congelación de salarios (y retroceso de los mismos tras la bajada del Gobierno Zapatero) es que incluso se han aumentado las horas de trabajo semanales y han desaparecido días de asuntos propios y ayudas de Acción Social.
Si observamos otra posible motivación de los trabajadores como podría ser la carrera administrativa o sistema de ascensos, la congelación de Ofertas de Empleo Público ha llevado también a que esta vía de promoción haya sido bloqueada, por lo cual la decepción y desmotivación de los funcionarios ha aumentado exponencialmente.
Y en cuanto a al valoración y el reconocimiento del trabajo desarrollado diariamente, ya vemos cómo tratan los políticos a los trabajadores en cuanto surge el más mínimo problema, como ha ocurrido con la crisis del ébola y el linchamiento a la técnico auxiliar.
La motivación desde mi punto de vista es uno de los elementos claves en el entorno laboral, ya que con una mayor motivación se alcanza mayor productividad que traducido a la Administración Publica es sinónimo de unos mejor prestación de los servicios por parte de los empleados públicos
ResponderEliminarSe entiende por motivación, “Cosa que anima a una persona a actuar o realizar algo”.
La motivación es un estado interno que activa, orienta o mantiene la conducta de las personas hacia metas o fines determinados, es el impulso que mueve a la persona a realizar determinadas acciones.
Según Juan Luis Urcola Tellería, autor de “La motivación empieza en uno mismo” “Para motivar a los demás hay que estar motivado uno mismo”.
La responsabilidad de la motivación ha de estar integrada en la estructura jerárquica de la empresa. Se debería realizar políticas activas de motivación como un elemento más de la Administración con una doble finalidad, conseguir la satisfacción del empleado público y lograr los objetivos, es decir, dar el mejor servicio público.
Creo que existe una carencia de formación en la cadena de mandos tanto intermedia como superior en materia de motivación, lo que acarrea uno de los grandes problemas que existe en la Administración, que no es más que las personas que ocupan puestos de responsabilidad carecen del interés o los conocimientos técnicos suficientes para motivar al personal que depende funcionalmente de ellos. Es muy difícil que un superior jerárquico sea capaz de motivar a su equipo si no tiene esos conocimientos técnicos suficientes e imprescindibles para dirigir un grupo, impulsar tareas, resolver problemas y respaldar las decisiones que tome el personal a su cargo. Todos estos aspectos son claves en la motivación personal de cualquier trabajador. Del mismo modo, la carencia de alguno de ellos tiene su reflejo en la motivación y por tanto en el resultado de las tareas.
Es imprescindible que haya una relación directa entre la formación y la preparación, con el puesto de responsabilidad que se ocupe en la cadena de mando y si esta relación se rompe o no existe es muy fácil que el personal vaya derivando a un estado de desmotivación.
Este es uno de los grandes problemas que hoy en día padece la Administración, que se ha roto el principal principio por el que se regía, que es el “IGUALDAD, MÉRITO Y CAPACIDAD”.
La motivación del personal no tiene interés alguno para la Administración de hoy en día, es más, podemos decir que no existe una política de motivación del personal.
Existen técnicas de motivación de las que se puede aprender si se fomentan y se desarrollan, cómo se aprende de cualquier materia, pero está claro que no interesa a nuestra Administración como ya se ha dicho anteriormente y prueba de ello es que en el plan de formación de la Junta de Andalucía para 2014 tan solo hay un curso sobre Motivación, y va dirigido exclusivamente a personal directivo.